Muchos propietarios de PYMES, directivos y ejecutivos se ven desbordados por las urgencias del día a día. ¿Consecuencia? La capacidad para responder a los retos de la empresa se reduce drásticamente.
Temas clave como analizar resultados, repensar qué nos proponemos o cómo queremos competir. Se diluyen y no se abordan por falta de flexibilidad organizacional. Hoy hablamos de las 3 claves de la flexibilidad organizacional.
Sin embargo, hay muchas maneras de hacer compatibles las tareas diarias con la estrategia y las operaciones de la empresa. Tener tiempo para pensar en desarrollar una visión de futuro para llevar la empresa a buen puerto es de vital importancia. De hecho, hay muchas empresas de éxito que lo hacen de forma cotidiana y consiguen resultados excelentes.
Hemos detectado las 3 claves para conseguir la flexibilidad organizacional en tu empresa: actualizar el modelo de negocio, preparar el futuro y ocuparse de las personas.
1.- Repensar tu modelo de negocio constantemente.
Tu empresa y tú como líder, no conseguirán el tipo de empresa que quieres sin establecer claramente el modelo de negocio. Es fundamental para conseguir flexibilidad organizacional, mejorar sin descanso la productividad, atraer talento con alto potencial, estar en un continuo proceso de mejora continua, desarrollar una mentalidad autocrítica y compartir los mismos valores. Y todo esto se hace predicando con el ejemplo, ya que es la única forma de transmitir a los empleados los valores y principios de tu organización.
2.- Preparar el futuro y aterrizarlo para hacerlo realidad
La dirección tiene que preparar a la empresa para el largo plazo, y es fundamental conocer el negocio a fondo y saber a dónde lo quieres llevar. Es importante ser consciente del coste del tiempo, planificar el día a día y poder atender a todos los temas diarios.
Tu estrategia debe modificarse constantemente para no perder de vista el entorno tan incierto que nos toca vivir y resolver las incidencias que nos pueden hacer desviar el foco.
Es clave la labor comercial y atender a los clientes, sus inquietudes y sus necesidades. Además, hay que conocer a la competencia, buscar mecanismos para ser competitivos y saber diferenciarse. Diferenciarse no es solo innovación en el sentido estricto de la palabra. Diferenciarse es trasladar la I+D+ i a todas las áreas de la empresa para conseguir flexibilidad organizacional.
3.- Gestionar personas
Vivimos en la era de los datos y hay que garantizar un entorno organizativo óptimo para desarrollar el capital humano: crear un equipo, formarlo, conservarlo y planificar las necesidades de personal para rodearse siempre de los mejores. Los recursos humanos son el alma de tu empresa. También es necesario medir los resultados y ser exigente, al mismo tiempo que conseguir un buen rendimiento y aprender de los fracasos para mejorar constantemente tu posición competitiva.
En nuestro entorno nos encontramos a menudo con problemas para delegar, definir funciones y responsabilidades, crear los equipos de trabajo, gestionar el talento necesario y dejar que estos equipos o personas actúen, crezcan y se desarrollen profesionalmente, tomen sus decisiones y hasta que se equivoquen para conseguir organizaciones altamente flexibles.
Las mejores empresas construyen la flexibilidad organizacional trabajando con las personas, resuelven los problemas a través de la comunicación con su personal, se implican en la resolución de problemas y hacen un seguimiento continuo de las prioridades y objetivos de negocio.
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